La campeona olímpica de Río 2016 anuncia su retirada del atletismo a los 38 años.
EL PALMARÉS DE UNA CAMPEONA
2005. Oro en los Juegos Mediterráneos
2006. Bronce en el Mundial de atletismo en pista cubierta.
2007. Bronce en el Mundial de atletismo en pista cubierta.
2009. Plata en el Europeo en pista cubierta.
2010. Plata en el Mundial en pista cubierta.
2011. Plata en el Europeo en pista cubierta.
2012. Oro en el Europeo.
2013. Oro en el Europeo en pista cubierta. Bronce en el Mundial.
2014. Bronce en el Mundial en pista cubierta. Oro en el Europeo.
2015. Primer puesto en la Diamond League.
2016. Plata en el Mundial en pista cubierta. Oro en el Europeo. Oro en los Juegos Olímpicos. Primer puesto en la Diamond League.
Era casi un lugar común, una frase a la que agarrarse: el mundo gira y cambia, Beitia permanece. Ya ni esa esperanza queda: Ruth Beitia no es eterna.
Ruth Beitia, tantos años suspendida ahí, perpetua, flotando inmóvil entre un listón y las nubes, finalmente se dejó caer con suavidad y puso los pies en la tierra. A los 38 años ya bien cumplidos, la mejor atleta española de la historiaescuchó a su cuerpo, que le dijo basta, y por una vez, en vez de intentar doblegarlo como siempre que se rebelaba a su voluntad, obedeció. Como si el cuerpo que, guiado por su voluntad tremenda, le condujo a la cima, dijera basta ya después del oro olímpico en los Juegos de Río.. “He llorado mi decisión”, dijo la campeona olímpica de salto de altura al anunciar su retirada después de 27 años dedicada al atletismo. “He pasado seis meses muy duros, de mucho dolor”.
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