- El exceso de alcohol daña las áreas cerebrales encargadas de la toma de decisiones, el control de los impulsos, la memoria y el aprendizaje.
- Uno de cada tres jóvenes de los que se inician a los 14 y 15 años en el alcohol será alcohólico en un futuro.
- Si hay antecedentes familiares de alcoholismo, el porcentaje de futuros alcohólicos sube hasta el 48%.
En el seminario internacional sobre alcohol y daño cerebral que tuvo lugar el lunes en Madrid se alertó de que el consumo de alcohol durante la adolescencia puede perjudicar gravemente el desarrollo posterior de los jóvenes.
Aaron White , de la Universidad de Duke en Estados Unidos, Susan Tapert, de la Universidad de California y Consuelo Guerri, de la Universidad de Valencia, comparecieron para explicar que los daños cerebrales que provoca el exceso de alcohol.
Según han demostrado varios estudios, el alcohol consumido en grandes cantidades daña dos áreas celebrales que son especialmente vulnerables en los adolescentes: los lóbulos frontales, que se encargan de la toma de decisiones y del control de los impulsos y el hipocampo, de quien depende la memoria y el aprendizaje.
En un estudio realizado por Tapert con jóvenes de 15 y 16 años, quedó demostrado que los adolescentes que consumían cinco o seis copas durante el fin de semana, retienen un 10% menos de información verbal y no verbal frente a los que bebían una o ninguna vez al mes.
En opinión de White, el alcohol puede bloquear "más que cualquier otra droga" la plasticidad del cerebro, y además puede provocar fallos de memoria, alterar las emociones y producir amnesias.
Los dos catedráticos norteamericanos criticaron a la publicidad de bebidas alcohólicas, y reclamaron más control para reducir el consumo de estas bebidas.
Propensos a la adicción
Empezar en el consumo de bebidas alcohólicas a edades tan tempranas como los 14 y 15 años hará que uno de cada tres jóvenes sufra adicción a su consumo en su vida adulta.
El hecho de que sus cerebros estén todavía en período de formación puede ser determinante si se le suma algún antecedente de alcoholismo en la familia, una circunstancia que hace crecer hasta el 48% la proporción de futuros adictos, según publica El País.
Si se ha empezado a beber a los 13 años o antes, los cálculos estiman que el 26% será alcohólicos en un futuro en el caso de no haber antecedentes familiares, pero de un 57% en el caso de haberlos.
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